Adrián Trejo Más que la caída de los precios del petróleo, al gobierno mexicano lo tiene en jaque la perspectiva de que en breve Estados Unidos podría anunciar que es autosuficiente en el abasto de energéticos. Como sabe, Estados Unidos fue por mucho tiempo el principal comprador del petróleo mexicano. Pero mientras en México desperdiciamos décadas discutiendo sobre si debía o no permitirse la asociación de Pemex con empresas transnacionales, Estados Unidos se dedicó a explorar y explotar las zonas en mar y tierra para la obtención de sus combustibles. Ahora hemos llegado al extremo de que importaremos 100 mil barriles diarios de crudo ligero de Estados Unidos. Y más aún, ayer el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, reconoció que la dependencia evalúa si posterga por unos meses la licitación de la llamada de contratos de exploración y extracción de hidrocarburos en áreas no convencionales. Esto, explicó el funcionario, debido al desplome de los precios del crudo a nivel mundial. Y es que, como usted recordará, México anunció la licitación de contratos de exploración y extracción de hidrocarburos no convencionales como el gas shale en la llamada Ronda Uno. Como el costo de la exploración y extracción de este tipo de combustibles es más cara, el gobierno mexicano evalúa postergar para otras Rondas, es decir, para otros años, la licitación debido a que los procesos de exploración y extracción resultarán mucho más caros. ¿Qué significa en castellano? Pues que el gobierno tiene ante sí el escenario indeseable de hacer un recorte al gasto público, a pesar del incremento de 20 por ciento en el número de contribuyentes que anunció ayer el propio presidente Peña. No es un escenario sencillo. La posibilidad del recorte ya ha sido planteada a legisladores, pero no será en el primer semestre del año, antes de las elecciones intermedias. A menos, claro, que la situación de la industria petrolera, que sigue proporcionando 37 por ciento de los ingresos fiscales al país, se complique más. Ah, y por cierto, si el otro problema del gobierno es que si el precio del petróleo sigue a la baja, los beneficios de la reforma energética tardarán más, mucho más, que lo originalmente planteado: seis años. Pocos tienen dudas aún del poder de convocatoria que tiene el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, colocado hoy por hoy como el más visible precandidato del PAN a la presidencia en 2018. Su informe de gobierno fue un termómetro para medir no sólo la fuerza que tiene dentro del blanquiazul, también las buenas relaciones que ha tejido con varios de sus homólogos del PRI. La pregunta es si los calderonistas –porque, con excepción de Javier Lozano, ninguno salió a defender a Margarita Zavala– ya se dieron cuenta de que, si quieren alguna posición de mando en el gobierno, tendrán que luchar no sólo contra Gustavo Madero, sino contra el poder que poco a poco ha ido acumulado el poblano. Y no es cualquier cosa. http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/petroprecios-enemigos-de-la-reforma-energetica-de-pena.html