A medida que el nuevo coronavirus tipo COVID-19 reduce la demanda de combustible en Asia, los vendedores chinos y surcoreanos están recurriendo a México para apuntalar el mercado.
México ha comprado al menos dos cargamentos de gasolina desde China en marzo, según operadores y corredores de barcos. PMI, el brazo comercial de Petróleos Mexicanos (Pemex), también reparó el petrolero Galissas para transportar gasolina desde Corea del Sur a mediados de febrero, dijeron las personas.
El exceso de combustible en Asia debido al coronavirus supone una oportunidad para México de comprar cargamentos más baratos justo cuando las averías en las refinerías aumentan los precios en Estados Unidos.
El país necesita importar gasolina y diésel debido a que sus refinerías están operando a aproximadamente una tercera parte de su capacidad, frente a casi el 90 por ciento en las plantas estadounidenses. Las refinerías en las costas del Golfo y oeste de Estados Unidos generalmente cubren la mayor parte de las necesidades de México.
Los envíos de los cargamentos de gasolina del noreste de Asia cotizan con descuentos respecto a los precios de referencia de sus pares, ya que el coronavirus ha reducido la demanda.
Si bien resultaba económico enviar cargamentos asiáticos hacia América en marzo, el virus se ha propagado a Estados Unidos y no está claro cuánto tiempo más permanecerá abierta la ruta de arbitraje, señalaron los comerciantes.
Los precios de la gasolina en la costa del Golfo de EU incluían una prima de 8.78 dólares por barril por encima de los precios de referencia de Singapur el 2 de marzo, el más alto desde el 12 de julio.
Hasta el momento, este año no se han descargado envíos de gasolina chinos en México, mientras que una carga llegó de Corea del Sur en enero, según Amir Richani, analista de ClipperData.
El año pasado, México importó 20 mil barriles diarios de gasolina de China, un aumento de más de 50 por ciento frente a 2018. Corea del Sur envió 18 mil barriles al día en 2019, aproximadamente tres veces más que el año anterior.

El Financiero 5 de marzo 2020