El cierre de refinerías y puertos en EU orillan a la paraestatal a contratar pedidos de emergencia en distintos puntos del mundo. La refinería de Valero, en Houston Texas, fue una de las afectadas por el paso de Harvey.

CIUDAD DE MÉXICO.

Petróleos Mexicanos enfrentó en los últimos días una severa crisis para garantizar el abasto de gasolina en el Golfo y centro del país, no sólo debido a la parálisis que el huracán Harvey provocó en las refinerías del sureste estadunidense, región de la que México depende para obtener el combustible; sino que además en este mes, septiembre, Pemex realizó el mayor pedido de gasolina extranjera de toda su historia por un monto de 619.34 mil barriles diarios.

La dependencia de combustible de Pemex hacia las refinerías estadonidenses es de tal magnitud que de los 11 mil 796 millones de dólares que pagó el último año (julio 2016 a junio de 2017) por importar gasolinas extranjeras, es decir 211 mil 857 millones de pesos (si realizamos la conversión de 18 pesos por dólar), 93%, lo cobró Estados Unidos, de cuerdo con la Secretaría de Economía.

Este monto que Pemex ha pagado en un año por la importación de gasolinas extranjeras representa poco más de la mitad del presupuesto que se le asignó a la petrolera para 2017, que fue de 391 mil 946 millones de pesos.

Pero mientras ha crecido la dependencia hacia otros países para abastecer a la población, en algunos momentos hasta en 80% como sucedió en julio pasado, también han aumentado exponencialmente los recortes presupuestarios en Pemex, empresa a la que la Secretaría de Hacienda le asignó 18% menos dinero que en 2016.

Debido a la dependencia energética de Pemex hacia Estados Unidos, el paso del huracán Harvey no sólo significó un golpe fulminante para el estado petrolero de Texas, sino para el abastecimiento de combustible en México.

Para garantizar el abasto en el país, Pemex debe invertir un promedio de 17 mil 700 millones de pesos mensuales en la compra de gasolinas extranjeras.

En las instalaciones de Petróleos de México, ubicadas en la colonia Verónica Anzures, las reuniones extraordinarias fueron constantes la semana pasada entre los gerentes y subdirectores de PMI Comercio Internacional y de Pemex Transformación Industrial, áreas encargadas de la importación de los combustibles, pues los embarques de gasolina que esperaban desde Estados Unidos, como cada mes, simplemente no iban a llegar.

México es el principal mercado de exportación de gasolina refinada en Estados Unidos, con más de 12 millones de barriles mensuales, según cifras del Departamento de Energía de ese país.

Mientras que a las estaciones de Pemex llega más de la mitad de la gasolina estadunidense exportada, cuando Estados Unidos es la nación con mayor capacidad de refinación a nivel mundial, pues el 21.9% de las refinerías, es decir, 140 se encuentran en ese país.

Además, lo que volvía más crítica la situación para conseguir el combustible para la zona centro y el Golfo del país era que de las seis refinerías mexicanas, una (Madero) estaba sin producción, debido a obras de mantenimiento, y que la refinería estrella (Salina Cruz) trabajaba a la mitad de su capacidad, luego de las inundaciones y el incendio que sufrió en junio pasado, incidentes de los que no se ha recuperado en su totalidad.

Pero también el jueves, por precaución ante el terremoto de 8.2 originado en Chiapas, se detuvieron labores en la refinería de Salina Cruz, Oaxaca.

Por si no bastara con la crisis interna de producción de combustibles en las refinerías de Petróleos Mexicanos, el Departamento de Energía de Estados Unidos, confirmaba que el paso por el huracán Harvey había provocado que diez de las 18 refinerías de la costa texana cerraran.

También anunciaba que aunque la mayoría de los puertos de la región del Golfo, desde donde se embarca la gasolina hacia México, estaban abiertos operaban con algunas restricciones.

Esta decena de plantas que fueron obligadas a cerrar por el efecto de Harvey, tienen una capacidad combinada de refinación de 2 millones 917 mil 729 barriles diarios, equivalente a 30.1% de la capacidad de refinación total de la Costa del Golfo y 15.8% de la capacidad total de refinación de Estados Unidos.

Para el miércoles 6 de septiembre, de las 18 refinerías sobre la costa texana, seis seguían sin operar, diez apenas reiniciaban labores y sólo dos trabajaban a su máxima capacidad.

La mayor refinería en la región, Motiva, con una producción de 603 mil barriles diarios y también fuerte exportadora a México, anunció que reabrirá a mediados del mes.

El cierre de esta refinería también provocó que se cancelaran envíos de gasolina en el ducto Colonial Pipeline, y por consecuencia hubiera desabasto en la costa este de la Unión Americana.

La segunda refinería más grande de la costa estadunidense del Golfo de México, Exxon Mobil en Baytown, una de las principales abastecedoras de gasolina a México, apenas buscaba regresar a su producción 560 mil 500 barriles diarios.

Una tercera exportadora a México y en la que Pemex tiene capital, Shell en Deer Park, el lunes pasado no había informado sobre perspectivas de reapertura.

Deer Park significa una alianza entre Shell y Pemex. México importa más del 50% del petróleo procesado en esta refinería.

Como para el martes, en Estados Unidos sólo dos refinerías de la zona de Texas operaban a su máxima capacidad y diversos empresarios de Tamaulipas ya advertían riesgo de desabasto, en la Torre de Pemex, las reuniones extraordinarias no se hicieron esperar para orquestar un plan de emergencia.

Christian Eduardo Pérez Cosío, secretario técnico de la Federación de Cámaras Nacionales de Comercio (Fecanaco) de Tamaulipas, dijo que en diálogos sostenidos con integrantes del organismo y de la zona sur de Texas, coincidieron que el déficit de combustible podría afectar no sólo a ambas entidades, sino a otros estados de México.

“México no tiene suficiente capacidad para satisfacer su consumo, importan gasolina y gran parte de esa gasolina viene de Port Arthur (puerto ubicado en Texas) y sí hay riesgo de desabasto, sí hay preocupación en México, porque hay riesgo de desabasto y obviamente, no sólo será a nivel regional o fronterizo, será en todo lo que se importe”, comentó.

Logran los pedidos

Hasta el martes, Pemex tenía garantizado el abasto de gasolina en el centro y Golfo del país, sólo para tres días más, es decir, el viernes, así que la estrategia para salir de esta situación fue conseguir embarques de gasolina provenientes de Holanda, Singapur, Corea del Sur y Canadá con un menor octanage que el impuesto por las normas de calidad en México.

En Rotterdam, Holanda, de hecho, se encuentra el mayor centro de distribución de gasolina en Europa, el grave problema al que se enfrenta Pemex, al buscar gasolina para abastecer a la población en otros continentes es que un embarque de combustible puede tardar más de 20 días en llegar a costas mexicanas.

Ahora el abasto de gasolina en México seguirá vulnerable hasta que el mayor exportador de combustible, EU, salga de la crisis en la refinación de combustibles por los efectos de Harvey y aún sin saber qué efectos pueda tener Irma y José para la cuenca petrolera del Golfo de México.